jueves, 25 de junio de 2009

CONSEJOS DE JARDINERIA


Los rosales florecen continuamente durante todo el año desde primavera hasta principios de invierno (o más en climas cálidos). Para que esto ocurra hay que cortar las rosas marchitas. Una técnica popular consiste en seguir el tallo de la rosa seca hasta encontrar la primera ramita con cinco hojas y cortar inmediatamente por encima de ella. Luego, entrado el invierno, se hace la poda radical, dejando nada más que cuatro o cinco ramas de un palmo desde el tronco principal. También se puede hacer media poda en medio de la temporada para mantener el rosal en una tamaño mediano. Esta no es necesaria para la salud de la planta ni para que florezca más.
Los cortes deben hacerse con tijera bien afilada para que resulten limpios, es decir, sin picotazos. Deben ser sesgados, evitando los cortes rectos y no se deberán dejar fibras en ellos. Se debe cortar medio centímetro de la yema exterior en forma sesgada hacia adentro para que cuando llueva o se riegue la planta el agua corra y no se concentre en la yema perjudicando el crecimiento floral. Al rosal de pie se le deberá dar forma de copa de vino para permitir un buen acceso a la luz a toda la planta. Las rosas deben podarse cuando terminan de brotar las hojas.


Enfermedades (hongos el 98%, bacterias, virus)
Oidio, mildiu, roya, mancha negra, botritis, negrilla, chancro, infecc. por hongos del suelo, atracnosis, tumoraciones del cuello, virus del mosaico.

Problemas y plagas
La mayoría suelen ser comunes a otras plantas de jardín y están en relación a la zona geográfica.
Falta de hierro, pulgones, araña roja (ácaro), mosca blanca, gusanos blancos (en el suelo), cochinilla, abeja cortadora de hojas, Tortrix del rosal, mosca del rosal, cetonia, mosquito verde, tijeretas, trips, caracoles y babosas, minador de hojas, saltamontes, nematodo.

Trastornos (fisiopatías)
1.
Heladas
2.Granizo
3.Viento
4.Ola de calor
5.Falta de luz
6.Encharcamiento
7.Falta de agua
8.Mala plantación
"Enfermedad del suelo" donde ha vivido un rosal muchos años
Agua de riego de mala calidad
Daño mecánico de las raíces por hacer zanjas o labrar
Contaminación del suelo (detergentes, gasoil, plaguicidas, etc.)
Carencia de algún nutriente (
nitrógeno, potasio, hierro, etc.)
Exceso de
nitrógeno
Poda mal realizada
Tratamientos fitosanitarios equivocados
Apelotonamiento de los capullos (no se abren)
Daños hechos con la desbrozadora de hilo en la base del tallo

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